Después de los 25 minutos de parada del primer día, me esperaba que la senda del "jabalí trufero" tuviera un avituallamiento con pastas, café y algún episodio de Juego de Tronos, son los primeros kilómetros de la cuarta y última etapa.
Pido calma, distancia y paciencia, si con 20 personas ya caminas en esta senda imaginad con 800 y pico.
La experiencia es un grado y, uno tras otro, vamos pasando sin prisa pero sin pausa ese tramo más "white walker" de la senda.
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La llegada a la meta alegra, hacerlo 4 veces, ya os podéis imaginar. |
Enfilo la pista tras el repechón, bajo y al entrar en la siguiente senda me encuentro con
Manolo Mallol (
GP) asistiendo a un participante que ha pinchado la rueda…
-"¿Me podéis prestar una bombona de co2, por favor?"-.
Le presto la botella, la de repuesto, el adaptador, ¿quieres dinero?… jajaja… "no la voy a necesitar", le digo. ¿Temeridad? ¿confianza? ¿optimismo? ¿una mezcla de las tres?… joder, es la cuarta etapa y ya no creo que pinche ni tenga ningún problema…
Bienvenidos, nuevamente, a mi particular y amateur visión de la Mediterranean Epic By Gaes, la epopeya UCI de un patán con rígida, sin tija telescópica… y con las ruedas a 2 kg. de presión durante 4 jornadas inolvidables.