2.2Km de duro asfalto que dan paso a 3.5Km de una pista increíble. Los primeros 2Km de dicha pista son extremos, sólo aptos para locos ya que las pendientes son descomunales, y los primeros 300 o 400 metros tienen un firme muy irregular que hace que te pienses 2 veces si seguir y volver hacia atrás al mundo de los cuerdos, un mundo al que los que estamos aquí ya no podemos volver… de todos modos, un cuerdo nunca podrá entender lo que significa esta pista y las maravillosas vistas de La Plana, la muntanyeta Sant Antoni, la mar y el puerto de Burriana que existen desde su cima, amén de la frondosidad del paraje… todo ello lo hace un destino incomparable muy, muy cerca de casa. El último 1.5km es más llevadero, es la “raya” horizontal que se ve en medio de la montaña, se ve desde cualquier parte de La Plana… un regalo para la vista y una señal, esa raya nos provoca y nos recuerda cada día que está ahí, dispuesta a ser escalada, a ofrecer más resistencia cada vez nuevas emociones y sensaciones… cada vez que la veo siento que me llama, como si me pusiera el anillo único y viera a Sauron, oyera a Sauron, sintiera a Sauron… lo mismo lo mismo…