06/11/2023

ROAD CHIVA MORELLA-ZORITA BALMA-VALDERROBRES-HERBÉS (14-OCT-2023)

La terna en el homenaje al Bajo Aragón

 

Bueno amig@s de Dándolo Todo, con el otoño llega el momento de hacer la clásica de Els Ports y repitiendo escenario de partida del año anterior la salida se realiza desde Chiva de Morella, gentileza del amigo Guillermo. Así pues el compañero QuicoF y servidor nos unimos al anfitrión para ciclar tamaña gesta. Veamos cómo aconteció.


Este año había que innovar. Así pues me armé de una buena herramienta de diseño de tracks como es RideWithGPS y me puse a dibujar. La criatura al nacer midió 150 km y pesó 2.600 m desnivel positivo. Número que ninguno de los 3 participantes había osado a acercarse alguna vez (al menos éste que redacta). Un engendro salido de las mismísimas mazmorras de Mordor, al cual Saurón, señor de las tierras Monroyas del norte, dio su aprobación.  

Así pues, la criaturita tomó forma de ruta circular con 13 puertos en total, alternando 4ª, 3ª y 2ª categoría, y que podéis ver en el siguiente mapa.

Ruta de la etapa

Perfil de la etapa

Por tanto, previa a la realización del evento, y repitiendo procedimiento del año anterior, subimos la tarde anterior a Chiva de Morella donde amablemente Guille nos deja hospedarnos en sus aposentos. Dejamos trastos en su casa rural y raudamente nos dirigimos a Morella a cenar al Bar La Nevera. En esta ocasión degustamos croquetas de cecina, de cocido y platos combinados (Chuletón y Secreto) y bocadillos especiales sin queso (bajo pena de muerte del mesonero), regados con rica cerveza 1906.

Con la panza bien repleta y al borde de la expulsión del bar nos recogimos de nuevo en la morada Chivesca para alcanzar un sueño reparador pues la mandanga del día posterior iba a ser de órdago. El sueño no acudió a mí y pasé la noche dando vueltas en la cama acongojado por la gesta por venir. No soy de dormir bien el día antes de una gesta o marcha "no competitiva", y en esta ocasión lamentablemente no fue diferente.

Mañana no muy fresca, propia de este interminable 'veroño'. En la previsión meteorológica vaticinan viento y algo de agua. No encontramos nada de ambos durante todo el recorrido... y fue de agradecer.

Como el año pasado, subimos Roureda, puerto para poner un poco las piernas en orden, para seguidamente descender unos pocos km y afrontar el segundo puerto de la jornada: Morella por Chiva. Nos deleitamos de las vistas un año más (no será el último) mientras comentamos los diversos dolores y males que nos aquejan y que tras la etapa de hoy puede que nos queden de forma crónica y permanente. Espaldas de mentiras y traseros doloridos serán una constante en la etapa, así como alguna tara con determinadas pendientes.

 

Roureda por Xiva de Morella

Segundo puerto, ascenso hasta el Portal de ST Miquel de Morell

 

Llegados a Morella bordeamos la población buscando la carretera a Forcall de descenso vertiginoso. Tanto que algún salto de cadena hubo. Tras varios kms dejamos a nuestros lados las poblaciones de Ortells, Villores y Palanques en un sube-baja interminable con pendiente en descenso hasta alcanzar Zorita. Eso que llaman "oficialmente" pestoseo, aunque para nosotros el ciclismo pestoso sea otra cosa.

 


 

Nos acercamos hasta nuestro primer avituallamiento de la jornada. ¿Tan pronto? Sí, el desayuno ha sido frugal y nuestras panzas necesitan llenarse de nuevo. Abajo quedó el chuletón de la noche anterior y hay que reponer pilas. Nuestro desvío: El Santuario de la Mare de Deu de La Balma y las adoquinadas escaleras que llevan al restaurante: nuestro destino. Allí con amabilidad nos permiten recargar la bicicleta de QuicoF. El parsimonioso, aunque correcto, servicio (me dio tiempo a dar un vistazo al Santuario y llegar hasta la pequeña capilla que hay al fondo) nos dio de almorzar. Bocadillos y vino van incluidos en el precio, la cerveza no. La broma cervecil nos salió por un pico a Guille y a mí. QuicoF que fue más sabio se dedicó a saborear el jugo de Baco. Esto y unos correctos carajillos norteños completaron el almuerzo. 

 



 

Raudos salimos a por la tercera cima del día, no sin antes llanear picando hacia abajo durante unos muy bonitos 20 kms hasta llegar a la población de Aguaviva. Hasta allí disfrutamos de paisajes boscosos y cauces de ríos resecos, otrora más caudalosos, con bonitas pozas donde poder pasar un buen día de verano.

 

Tercera cota, Aguaviva

 


 

Pero todo lo hermosos tiene un final y llegados a Aguaviva comienza una consecución de puertos, hasta 4 consecutivos (Aguaviva, La Ginebrosa, La Cañada de Verich y La Cerillera-Covetas), no tan vistosos. Unos 15 kms de puertos bien pestosos intercalados por descensos y llanos. No sabría en estos momentos y habiendo dejado reposar la mente, poder distinguir unos de otros, pero tenían puntos duros y exigentes. Pestosidad y calor son la tónica dominante en estos kilómetros. "El puerto que nunca acaba" lo denomina alguno. Y puedo dar fe que así era.

 

EL CUARTO

EL QUINTO

EL SEXTO

EL SÉPTIMO PUERTO

 




 

Superado este interminable puerto llegamos a la N-232. Tomamos la carretera nacional durante un par de kilómetros y tomamos el desvío dirección Valderrobres. Una carretera secundaría nos recibe un impresionante descenso hasta Ráfales. En el GPS me parece atisbar con el rabillo del ojo pendientes del 11-12%. Cuando diseñé la etapa, la duda radicaba en qué sentido elegir, pues me apetecía disfrutar de estas rampas en ascenso. Finalmente el horario fue el sentido escogido. Y no defraudó.

 



Llegados al Ráfales el firme empeora y se torna en casi camino rural. En una zona frondosa van avanzando los kms entre baches, socavones y paisajes bellos. Muy parecida a la carretera del cañón Cedramán. En esto que aparecen de pronto 2 tachuelas con las que inicialmente no contábamos. Creía que desde aquí hasta la comida sería un paseo. Coser y cantar. Nada más lejos de la realidad. Los dos puertecillos (En Catalá 1,9 km y Portellada 1,5 km) nos pusieron en nuestro sitio. Y no es que fuesen duros, pero con 80 km en nuestras almorzadoras piernas, se nos hicieron bola cual madrugón.

 

OCTAVO PUERTO

NOVENO PUERTO

 




Llegados al cruce con la carretera torcimos a derechas y cruzando el río Tastavins nos dirigimos, esta vez sí, a la pitanza. No sin antes chamarnos un pestoso tramo de 5 kms de carretera picando hacia arriba hasta alcanzar Valderrobres. 
 


Una vez recorrido el pueblo en busca del casco histórico, nos recibió el Matarraña y el Puente de Piedra que lo cruza. Una magnifica imagen digna de cualquier caballero de novela de Ken Follet arribando a su castillo. Nosotros entramos con nuestras monturas modernas a través del portón y una vez en La Plaza España entramos a la Fonda La Plaza en busca de los tan ansiados jalambres.
 



 

Mientras Quico recargaba la batería de su bici, Guille y yo nos dirigimos a la planta baja a nuestra mesa asignada. Me comenta que no anda muy fino del estomago desde que ha entrado al restaurante por lo que obviamos cervezas y pasamos al agua y vino. Eso no le priva de pedir una ensalada de ahumados y una rica pata de cordero. Quico demanda salmorejo y chuletas de cordero. En mi caso sopa de fideos y me uno al cordero de Guille. Añadiendo ricos postres (sorbete, brownie y crema catalana) al carajillo final y ya podemos salir "redolando" como gorrinos del lugar. Buen yantar a precio adecuado.

 


Salimos raudos del local pues haciendo números durante la comida hemos observado la mandanga que todavía nos queda. Aproximadamente 50 km, y todo un señor puertaco para rematar la jornada. Los lobos y los buitres ya se arremolinan en nuestras mentes y se atisba lo peor. Así pues con dolores estomacales y de espaldas abandonamos Valderrobres y comenzamos el ascenso al puerto de Fuentespalda (6,5km al 3,3%). Y no, no es este el puerto donde se nos van a comer los lobos. Éste simplemente es el aperitivo. Puerto sin mucho glamour, tan similar a Arenillas por Montán que por momento me da la sensación que estamos ciclando la achicharrante y embriagadora etapa de julio del año pasado en Montanejos. 
 
10º PUERTO FUENTESPALDA

 



El Sol van bajando y los kms disminuyen muy lentamente. El descenso hasta Peñarroya de Tastavins se hace rápido, aunque pesado. Mucha matraca en las piernas llevamos. Al pasar Peñarroya viene un tramo de 8 kms picando hacia arriba sentido Herbés. Es aquí donde entre paisajes casi pirenaicos nos vuelven los miedos al cuerpo. Los dolores estomacales se hacen más agudos, temiendo expulsiones indeseadas por parte de algunos del trío. Las espaldas aguantan aunque bien doloridas (temiendo el mañana, más que el ahora). En este punto es cuando Quico hace uso del comodín de la llamada. Con su discreto auricular contacta con el Villano de Casero, Maestro Rufián y Señor de Els Ports. Solicitamos de su sabiduría ancestral de la zona en la que vamos a adentrarnos. Lo desconocido está frente a nosotros y necesitamos que arroje algo de luz a nuestra ruta. Tras consultar con su Palántir nos confirma que estamos bien jodidos (Para eso no te llamamos, Sergio 😂😂. Eso ya lo sabíamos). El desvío por Monroyo y la Nacional no aporta menos metraje ni menos desnivel. Mismo desnivel, carretera pestosa y trafico peligroso son los ingredientes de la alternativa. La desechamos y nos centramos en abordar el puerto de Torre Miró por Herbés tal y como estaba planeado desde el principio.
 
 





Llegamos a base de puerto. La opción de que alguno perezca en el intento y tenga que volverse hasta Herbés a que más tarde, tal vez a las 11 de la noche, volvamos a recogerlo en coche, planea en el ambiente. Y ahí, serpenteante y temido, frente a nosotros el gran coloso. 9 kms al 4,7%. Su primer kilómetro es brutal. La sucesión de rampas de 2 dígitos fue imparable hasta alcanzar el 13%. La "Rampofobía Duodigital" de Guille llegó a su máximo apogeo en este instante. Aguanté con él los primeros 2 kms hasta que no pude más y el cuerpo me pidió su propio ritmo. Alcancé a QuicoF y continué purgando mis pecados como imagino hacían el resto.  
 



El puerto es sí es una autentica belleza. Vistas impresionantes hacia la cara norte donde la carretera se observa sinuosa cual serpiente. Por fin en el km 4 suaviza durante un kilómetro. A continuación un pequeño descenso  de poco menos de un kilómetro donde nos reagrupamos. Y de nuevo a expiar pecados durante otro repecho de 700 metros que nos recibe con un 12%.  Vuelta a separarnos. Reunión en la cima (falsa cima). Descendemos y a lo lejos vemos la granja que viene desde Castell de Cabres en la cima real del puerto. Ya casi lo tenemos, pienso. ¡Mentira podrida! Queda lo peor. 2 kms infernales que nos reciben con otro 13% y posteriores rampas interminables del 10%. Juro que en la vida he estado tan vacío como en este punto. Cada metro era un suplicio. Odié la bici. Odié mis tracks y, ¿cómo no?, odié a Gascó!!




Finalmente llegamos a la encrucijada en la cumbre del puerto de Torre Miró. Allí,  no soy fan de 'potingos', me metí el único gel que llevaba y no pensaba utilizar. QuicoF me decía que con eso me cagaría. Sin embargo notaba que la comida de Valderrobres la tenía en las uñas de los pies. El vacío inundaba todo mi cuerpo y sobre todo mis piernas. En este punto y con el astro ya a punto de esconderse surgió la duda de si seguir track y circular por vía de servicio o acelerar la ruta circulando directamente por la N-232. La decisión estaba clara: cuanto antes en Chiva mejor. Así pues, y con alguna impudencia, nos metimos en la carretera y anocheciendo volamos hacia Morella en pos de terminar la ruta.



Al llegar al acueducto de Santa Lucía la oscuridad ya era una realidad. Sin embargo se hizo la luz. Un pequeño foco de emergencia que portaba iluminó el camino cual Gandalf en las tinieblas de Moria y desvaneció cualquier posibilidad de acabar haciendo autostop o buscando taxi en Morella para llegar a Chiva. Por delante un puerto y medio, pero ya con el vislumbre del final de ruta se hizo con calma y casi alegría. 
 


Al llegar a Chiva el jolgorio y regocijo eran mayúsculos. Creo que mis piernas trémulas nunca se habían sentido tan felices de bajar de una bici. En ese justo instante el campanario de la parroquia de El Salvador de Chiva daba las 8 de la tarde. Casi 12 horas de puro cicloturismo que casi acaban con nosotros. 

Como último homenaje, y ya que vistas las horas negociamos permisos para quedarnos una noche más, nos metimos en el bar del pueblo unas tapas y unas birras para celebrar, que estábamos vivos, que los lobos y buitres no se habían dado un festín con nuestros huesos y, ante todo, por el ciclismo y la amistad que conlleva. Y para muestra un botón,.... o unos saludables torreznos. 
 


Saludos y cuidado en la carretera.

Vídeo de la ruta en YouTube

Todas las fotos en Google Photos

Track de la etapa en Garmin Connect y Strava



1 comentario :

  1. MUY BIEN CAPITÁN. Una crónica a la altura de la etapa. Felicidades por haber parido tamaño bicho de track y su extensa crónica. Ya he añadido todas las altimetrías. A ver qué tal la clásica de Morella del año 2024 🙂

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Salud y buenas pedaladas amig@s. grupo@dandolotodo09.com